El Jardín de la Calle Cinco
por Brad Will
The Fifth Street Garden - In English
La historia del Jardín de la Calle Cinco está profundamente conectada a la historia de la Casa Ocupada (Squat) de la Calle Cinco. El viejo Squat vio como el edificio inmediato vacante se convirtió en el basurero del propietario y zona de descargue de los desperdicios de sus renovaciones. Las pilas de yeso de apartamento tras apartamento, madera podrida y hierro viejo, sobrecargó el edificio viejo hasta que colapsó de abandono (y soledad).
En los años 80 Jimmy Stewart, entre varios otros, acompañó el viejo Squat y ayudó a remendarlo y mantenerlo en función. Jimmy vió cuando la ciudad vino y acabó con el edificio vecino y se lo llevó. Los residentes llegaron y se fueron hasta que, comenzando con un pequeño grupo de refugiados del Squat Casa de Vidrio (Glass House), un nuevo grupo (tercera generación) de jóvenes ocuparon el edificio. Sangre fresca y renovada energía empezó a hacer que el edificio funcionara tiempo completoÑhicieron renovaciones y mejoramiento estructural y, increíblemente, limpiaron las inmundicias y comenzaron un jardín comunitario.
Hostigamiento constante del departamento de salud hizo poco para atemorizar el brote de verdor, aunque algunos de los tomadores caninos si interrumpían el impulso.
Yo conocí a Kzrt en Dreamtime Village en la lejana de WI rural, compartiendo la agricultura orgánica, la vivienda colectiva, y técnicas alternativas de construcción. Pasó por India y llegó a la ciudad de Nueva York sin un centavo, se mudó a Calle Cinco trabajando por un jardinero de la ciudad. Yo me mudé a la gran (mierda) ciudad, sin rumbo y fascinado aterricé desesperado delante de su puerta.
Kzrt trajo a casa los lujosos desperdicios de los soberbios, objetos de los jardines en los rascacielos los puso de nuevo en la calle. Recuerdo cuando llegó el camión y Kzrt gritó por ayuda--habrían 100 sacos de tierra y turba. Finalmente hicimos un arreglo para tener recogidas regulares de basura frente al edificio y un espacio inmenso se abrió en el jardín para eventos de la comunidad.
Slevitch y Patrick estaban felices cuando terminaron el asado--un tanque de aceite abierto por la mitad, lo acomodaron a lo largo como una ostra gigante con bisagras y un sostén angulado de hierro. Nos comprometimos a hacer un guizote cada fin de semana asoleado, y mantuvimos el compromiso alimentando todo tipo de gente de la vecindad, un lado carnívoro y el otro vegetariano. Los niños del barrio y sus padres pasaban corriendo y jugando en la tierra fresca. Amigos llegaron con comida para el asado o solo con barrigas vacías. Un poco de música y travesuras y los perros enloquecidos.
Mi amigo John se mudó al vecindario y comenzó trabajando duro como voluntario, utilizando sus experiencias de jardines piratas y masonería de piedra al uso. Solía llamar a mi ventana con el umbral de una ventana bajo el brazo. "Hay un contenedor lleno de ellos, vamos!," decía. Con su coordinación transformó una pila de ladrillos a un pasillo elegante y cercó las plantas elevadas con paredes retenedoras. Me contó una historia sobre las piedras que pavimentaban el viejo Nueva York. Ellas eran piedras lastre cortadas por los prisioneros en Inglaterra y traídas en barcos grandes que dejaban en los puertos con inmensos viejos pinos blancos cargando los barcos. Slevitch escamotaba un vagón lleno de ellos que traía de los puertos abandonados de Williamsburg, y aquí estábamos, volviendo ese desgaste y calzada en sencillos jardincillos, manteniendo la tierra nueva sobre el polvo feo de abajo.
Lo que transformamos con nuestras manos y esta simple tierra. Kzrt tenía un plan para un lecho espiral de especias que formaran un pico con dos caminos curvos de cada lado. Jimmy dañaba los planes a diario, diciendo que el camino iba derecho por diez años y que el no iba a parar ahora. Una batalla se armaba. John llegó con unas piedras impresionantes del Río Este y colocamos un lindo camino por las plantas y apoyamos los lados. Dice Krzt: "Wow, esto es maravilloso. Había decidido matar a Jimmy y que así todo iría bien, pero esto resultó mejor."
Un grupo de la casa fuimos al Jardín Elizabeth Christy para la repartición gratuita de plantas de la Guerrilla Verde, celebrada anualmente. Nosotros rogábamos. Ellos dejaron que los regulares respetables escogieran primero mientras nosotros esperábamos en el perímetro, cuando nos dieron la entrada limpiamos la casa. Nos dieron una docena de varas de pino, una carretilla, muchas plantas y un contenedor prefabricado para abono.
Nos tomó tres viajes trasladar todo con carreta. Plantamos una hilera de arbustos espinosos que darían fruto que atrajera los pájaros, pero tenía doble función como seguridad contra el fastidioso superintendente vecino.
Los girasoles crecieron alto, y las Glorias Mañaneras, se sobrepasaron la cerca y empezaron a crecer sobre el Squat. Hicimos paz con la Òmujer de mugreÓ del lote Sección Ocho de atrás, que había incitado una disputa por llevarse una gran pila tierra que debíamos compartir. Pero le caí bien y nos dio un pequeño árbol de capullos rojos para que lo transplantáramos con la esperanza de que nuestro jardín le diera mas luz y un mejor hogar.
John y yo estábamos afuera mirando el panorama y dos monjas del centro Cabrini de ancianos se nos acercaron y nos dijeron que bello jardín teníamos. Whoa! Dos semanas mas tarde un oficial de alto llegó a decirnos lo mismo. Esto de un lugar que comenzó una petición en el vecindario para que nos desalojaran. Que poder transformador tiene un buen espacio verde.
Estábamos sucios. Solo teníamos agua del hidrante y un par de sanitarios para todo el edificio. Era difícil solo sobrevivir y prevenir que los sanitarios se congelaran en el invierno. También había que estar atentos que la ciudad nos cayera en cualquier oportunidad. Fue un milagro hacer el bloque mas limpio, más seguro, más orgulloso. Estaba bien.
El viejo albañil Sammy nos consiguió a todos trabajo moviendo carbón por $5.00 la hora, debajo de la mesa. Un hombre especial de la vieja escuela-- del squat de la calle 13--hacía la albañilería en todos los squats, un borracho contento que se puso sobrio y empezó a hacer buen trabajo con ACT UP. Nosotros lo recogimos cuando tropezó de nuevo y poco tiempo después lo encontraron muerto cerca del río. Plantamos un árbol de en honor a ese pobre infeliz, Slevitch y Patrick estaban solemnes y silenciosos.
Nunca lo vimos florecer. Los puñeteros votaron mi edificio sobre el jardín--casi me matan quebrando el edificio cuando sabían que estaba adentro, todas las salidas estaban bloqueadas y la tropa Gestapo estaba preparada para aplastar una revuelta. Cientos en la calle decían "no", y yo estaba solo en el edificio oyendo sus gritos cuando la grúa empezó a subir. Creó un humo de pintura de plomo y asbesto que quedó en el aire tres dias, y quebró un hueco de diez pies de hondo y diez de hancho en la casa vecina.
Violados: nuestra casa, nuestro jardín, nuestros vecinos, nuestra comunidad. De alguna manera un pequeño pedazo del jardín colindando el edificio vecino se salvó de ser enterrado. Ese árbol de capullos rojos aun está allí, un poco abusado por los consumidores de Crack que acampan debajo.
Lentamente regresa a ser un lote de basura y drogados. Encontré un idiota que dijo que pronto sería un estacionamiento de carros. Que júbilo. Pero la Agencia de Protección de Ambiente tuvo algún control sobre la propiedad hasta que blah blah blah... Es difícil dar la espalda y dejarlo todo. Pero se hace.
Ahora intercambio entre el bello jardín de Dos Blocos en el bajo Nueve Este y el jardín de la Asociación Cerezo (Cherry Tree Association) en el sur del Bronx. En el pequeño nido de meditación detrás de Dos Blocos las viñas de frijol subieron y florecieron en el alambre de puntillas. Todos los bienes: abono, comida y cosecha de hierba, arbor urbano, ahorro de semilla y praxis permacultura. Los otros jardines por cual luchar la buena lucha. No importa. Esta tierra no morirá.
Pequeños humanos vienen y van como un virus. Nos enlazamos, picamos y criamos. Pero nuestros más notables logros son pequeños brotes sobre el pulso latente de la vida. Somos una piedra quebrada de esta tierra. No hay naturaleza. Está en todos lados y, sí, hasta aquí en esta ciudad de tablas de concreto. Somos vida. Y la vida siempre vence.
Amor y tierra
Brad Will
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